Poco a poco desaparece la electricidad que sentiste por primera vez. Algunas veces ignoras el vacío, otras, simplemente lo cubres con una mentira.
Algunas mañanas despiertas junto a ese hermoso rostro, y otras, con frío y buscando la cobija.
Cuando decides que es el final, te vuelves cobarde, mudo, impaciente e incompetente. Quizá, como dice alguna canción, empezamos a querernos, por el miedo a separarnos.
Ayer dijiste que no podrías sobrevivir sin él. Hoy, las caricias son diferentes y las miradas se confunden con lagunas de agua estancada. Te ahogas en un intento por recuperar tu tabla.
Ayer dijiste "te quiero". Hoy dices "bórrame de tu vida, ya que yo no puedo borrarte de la mía".
Un muerto encierras
Como tantas madrugadas encerrados en un coche,
en una calle sin luz, una calle sin nombre,
los dos frente a frente se miran despacio,
tras dedicarse al amor y su trabajo.
Secan su sudor, secan su sudor,
tal como han aprendido, no han olvidado.
Él piensa "ya nada es lo de antes,
la vida debe estar en otra parte",
donde no la divisa porque ella le ciega
con cárceles de oro, con amor sin tregua.
Ya nunca volverán, ya nunca volverán,
ya nunca volverán a hacer nada por vez primera.
Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.
Él le regala unas manos llenas de mentiras,
ya no le parece tan bello el cuerpo que acaricia.
Ayer eclipse de sol eran sus pupilas,
hoy son lagunas negras donde el mal se hacina.
Qué pena me da, qué pena me da,
qué pena me da, todo se termina.
Ella ya no ama sus vicios, le busca en los ojos,
pasa un ángel volando y se encuentra con otro.
Ayer sus dos brazos eran fuertes ramas
donde guarecerse, hoy son cuerdas que atan.
Qué pena me da, qué pena me da,
qué pena me da, todo se acaba.
Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.
Él decide por fin vomitar las ideas,
ella lo sabe y tranquilamente lo espera.
Sin calma planea su fuga este preso,
ella no lo mira, no aguanta su aliento.
Ya llegó el final, y van a encontrar
en su corazón arena de desierto.
Perdida la calma, se pone muy serio,
cunde el pánico y le invade un horrible miedo.
Su boca cobarde pronuncia: "Te quiero.
No te vayas nunca, no te vayas lejos".
Y ella echa a temblar, ella echa a temblar,
ella echa a temblar: "Yo también te quiero".
Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.
Letra: Ismael Serrano y Daniel Serrano
Música: Ismael Serrano
El hombre siempre mira al cielo en busca de respuestas a preguntas hechas en su propio hogar.
Con el lema "El universo para que lo descubras", 2009 ha sido nombrado como el Año Internacional de la Astronomía, como celebración mundial de esta ciencia y sus contribuciones a la sociedad. Durante este año se celebran los avances fundamentales de la astronomía, iniciados por Galileo hace 400 años al usar en 1609 el telescopio por vez primera para observaciones astronómicas
En México, se concluirá el año con una feria astronómica en el Palacio de Minería en la Cd. de México. En noviembre se presentarán exposiciones con imágenes y videos con temas astronómicos, conferencias y un planetario móvil, así como representaciones de teatro guiñol y otras actividades para niños. Además servirá como plataforma para que las instituciones que realizan investigación en astronomía en esta ciudad muestren sus actividades.
"El universo para que nos descubra"
En 1977, dos sondas espaciales, Voyager 1 y Voyager 2, fueron lanzadas al espacio desde Cabo Cañaveral (la primera el 5 de agosto y la segunda el 20 de agosto). Cada sonda lleva consigo un disco de oro con una selección musical de diversas partes del planeta; saludos en diferentes idiomas; fotografías y una imagen que explica, en lenguaje científico, la localización del Sistema Solar, las unidades de medida que se utilizan, características de la Tierra y características del cuerpo humano. La idea de enviar una prueba de nuestra existencia a seres de otros mundos fue diseñada por un comité científico presidido por Carl Sagan, apasionado astrónomo de la Universidad de Cornell.
En la música, también hay diversos viajeros que cargan un mensaje para quien lo quiera escuchar. Dos de ellos, han tocado el tema de las solitarias sondas que cruzan el cosmos en busca de algún ser que esté dispuesto a descifrar nuestro mensaje. El primero, por supuesto es Ismael Serrano.
Por otro lado, Jason Mraz, también recuerda a Carl Sagan con una canción que habla sobre vivir alto, vivir en grande y vivir con justicia.
Ambas canciones parecen muy diferentes, pero en esencia, hablan sobre la humanidad ideal. Sobre la humanidad retratada en esos discos de oro.
Se supone que una historia no debe terminar como se empieza, sino que debe cobrar vida mientras se escribe. Sin embargo, hay historias, las nuestras, que son más frágiles. Uno de los dos se resiste y dice: "No. No quiero que termine así".
¿Qué hacer con lo que falta por escribir, con lo que no se quiso escribir, con lo que no se debe escribir?
¿Qué hacer con eso que se teme escribir?
Alguna vez alguien, en algún momento preguntó cual era mi miedo. Evité contestar claustrofobia y cambié el curso de la conversación.
Alguna vez, en algún ascensor de algún edificio evité pensar que faltaba el aire. Hoy, rezo por que pare el ascensor atrapada contigo.
Kilómetro Cero
Madrid, deshabitado como mi colchón
el verano en que me hice mayor,
y ella que ya no llama.
Tanta ciudad y tan poco por hacer,
gente que sueña su siesta y que
mira por la ventana.
Gente que miente por un trozo de calor,
que reza por que pare el ascensor,
atrapado contigo.
Madres que pierden a sus hijos al nacer,
buscando entre tus piernas lo que ayer
han dado por perdido.
Kilómetro Cero,
respira en el centro de la ciudad
el alma que se pierde al escapar.
Kilómetro Cero,
comienzo de los días que han de venir,
la lluvia que se derrama por ti.
Bares en los que la calma y la cerveza
salvan nuestra vida, y mi cabeza
soñando estar bajo tu ropa.
Promesas que se dicen en la cama,
luces que se clavan en tu espalda,
deja que yo te vista ahora.
Bajo unas ruedas mi mala sombra arrojaré,
quizás así interprete ese papel
en el que soy tu abrigo.
Mujeres que quizás hoy no puedas pagar
cuestionan con sus labios la verdad
de que aún seguimos vivos.
Kilómetro Cero,
respira en el centro de la ciudad
el alma que se pierde al escapar.
Kilómetro Cero,
comienzo de los días que han de venir,
la lluvia que se derrama por ti.
Kilómetro Cero,
respira en el centro de la ciudad
el alma que se pierde al escapar.
Kilómetro Cero,
comienzo de los días que vendrán,
la calma que nos trae tu tempestad.
Ismael Serrano